“Valduero ‘La Teneda’, primer Club social internacional de vino español”
“ Bajo la dirección de Enzo, Ferrari ganó más de 5000 carreras en todas las categorías y obtuvo 25 títulos de Campeonatos del Mundo”.
Por mi trabajo he visitado muchas bodegas y sinceramente Bodegas Valduero me ha sorprendido y vais a saber porqué. Ha sido un lujazo además ir a la bodega con un grupo de amigos de Ferrari disfrutando de estos magníficos y míticos coches. Desde hace años, Valduero y Ferrari crecen hermanadas como dos grandes marcas de referencia en sus respectivos ámbitos: Ambas son cabeza en el sector del lujo y despiertan emociones, destacando en el mundo del vino Valduero 12 Años y Valduero Lantigua 1989, y el nuevo modelo de la escudería italiana, el Ferrari 812 Superfast 2018.
BODEGAS VALDUERO
Los orígenes
Valduero es una bodega familiar y una de las primeras que se fundaron en la D.O. Ribera del Duero. Fue creada por Gregorio García Álvarez en 1984 en el pequeño pueblo burgalés de Gumiel de Mercado, situado a 16km al noroeste de Aranda de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero. Por aquel entonces, sólo existían en la región media docena de bodegas embotelladoras y a pesar de tratarse de una zona vitícola de larga tradición acreditada entre los conocedores por su calidad, era una zona desconocida para el gran público.
Eran los orígenes también del Consejo Regulador de la D.O.Ribera del Duero.
Yolanda García Viadero, hija del fundador e ingeniero agrónomo, descubre en aquella época la viticultura tradicional de la zona y la uva Tinto Fino proveniente de aquellas viñas. Cataloga tal uva como “excepcional y única en España, con fuerte carácter de un terruño exclusivo que aporta una estructura y acidez total a los vinos situándolos en los mas altos niveles de calidad del mundo”.
Es esta idea la base fundamental de la filosofía Valduero, que hoy en día se ha convertido en norma de la casa.
En Valduero, se ha tenido siempre muy claro que los vinos debían ser excelentes en todos los sentidos, para satisfacer y hacer disfrutar al consumidor. Por eso se envejecen y mantienen los vinos en la bodega, hasta que éstos alcanzan redondez y una gran armonía siempre basada en la potencia. Por este motivo, Valduero se ha concentrado en la elaboración de vinos de Crianza, Reserva y Gran Reserva..
Yolanda está convencida de que una gran uva necesita tiempo y cuidado para desarrollarse y dar lo mejor de sí. Considera absolutamente necesario el tiempo de una crianza tanto en barrica como en botella cuidando los más pequeños detalles que respeten lo que viene de tan singulares viñas.
Cueva de paredes arenosas del siglo XVII, subterránea a más de 30 metros de profundidad
En sus inicios cómo bodegueros en 1984 estuvieron más de 5 años utilizando unas antiguas instalaciones en el pueblo de Gumiel de Mercado. Junto con estas instalaciones adquirieron un viejo lagar derruido en el mismo pueblo que restauraron y pusieron en funcionamiento su cueva a 19m de profundidad que data del siglo XVII.
En la cueva tan sólo tenían capacidad para almacenar 500 barricas por lo que decidieron ampliarla llegando a tener casi 1 Km. de túneles excavados a más de 30m de profundidad, dónde albergan más de 1.000 barricas destinadas a la crianza de los Reservas y Grandes Reservas: Valduero “6 años” y Valduero “12 años”.
El punto de máxima profundidad tiene 40m bajo tierra, y esta cueva fue en su día lo que hoy supone el túnel de 1000 m2 destinado al almacenamiento de barricas.
En la ampliación de esta cueva se empleó 1 año y los responsables fueron D. Gregorio García, Presidente de Valduero y Yolanda García Viadero. Para ello contrataron a un especialista asturiano que horadaba estos túneles con una máquina topo.
Hoy en día quieren preservar dicha cueva para conmemorar que sus antepasados hicieron el vino en los
antiguos lagares.
La bodega
En el año 1987 se incorpora Yolanda García Viadero en la dirección técnica de la bodega y acto seguido se incorporará también Carolina para el desarrollo comercial. Es en ese momento cuando la bodega inicia su crecimiento. Actualmente, el negocio es conducido por las dos hijas de Don Gregorio, quienes han incrementado de forma continuada el volumen de su producción, manteniendo la máxima calidad. A partir de aquel año D. Gregorio y sus hijas desarrollan el proyecto con paso firme y tres sólidos pilares: viñedo propio de baja producción (200 Has.), construcción de bodega singular por la combinación del sentido práctico y estético y el mercado, haciendo especial hincapié en la exportación.
Para el diseño de la bodega no acudieron a un afamado arquitecto, sino que se basaron en la propia experiencia de elaboración de vino de calidad y combinaron las necesidades prácticas con una estética basada en la arquitectura de la zona. Con esta simple combinación crearon los edificios que en la actualidad constituyen la bodega. Bodegas Valduero en la Ribera del Duero.
La bodega se ha construido excavando tres túneles bajo una montaña, dedicados respectivamente a la elaboración en depósitos de acero inoxidable, al almacenaje de barricas y a botellero. Actualmente Valduero cuenta con más de 4.000 barricas de roble y con un millón de botellas que descansan en bodega hasta que alcanzan el punto óptimo de evolución. Exporta sus vinos a más de 40 países de todo el mundo, destinándoles aproximadamente el 55% de su facturación total.
Los viñedos
Situado a modo de “Châteaux”, rodeando la bodega, Valduero cuenta con 200 hectáreas de viñedo propio plantado en vaso. Mediante una estricta poda, se consiguen unos rendimientos muy bajos en cantidad de uva por cepa, logrando así una excepcional calidad.
Un viñedo único y especial
Una de las grandes preocupaciones de la familia García Viadero ha sido siempre la calidad de la uva y el autoabastecimiento. Por eso, se comenzaron a plantar 200 hectáreas de viñedo a finales de los 80 en la exclusiva área de Gumiel del Mercado. Sin lugar a dudas, es en esta zona dónde el terruño es más característico y, por lo tanto, marca más intensamente las cualidades superlativas de la Ribera de Duero frente a otras zonas del mundo.
La experiencia de los años, les ha llevado a catalogar la uva de Tinto Fino como la variedad mejor adaptada para vinos nobles y de alto perfil en Ribera del Duero. Siendo conocida esta variedad por otros nombres como: Tempranillo, Tinta del país, Cencibel.
Esta es la razón de que todos los vinos de Valduero sean mono-varietales. Dadas las condiciones climáticas especiales, la localización de las viñas, la variedad de uva y los requisitos de calidad que la familia bodeguera se impone, decidieron preservar la tradicional conducción en vaso, para limitar la producción de forma natural (siempre menor de 4.000 kg/ha). En la actualidad, Bodegas Valduero es una de las mayores plantaciones “en vaso” de España, algo que desde mi punto de vista marca la diferencia con otras bodegas de la zona. También se cuida el viñedo sin regadío ya que con el paso del tiempo se dieron cuenta que la viña aguanta muy bien la climatología extrema que se da en la región (máximas de 40º en verano y mínimas de -17º en invierno), así como la diferencia de temperatura en un mismo día, siendo factores muy importantes para la buena calidad de la uva.
Por otro lado, se prescinde de toda forma de abonos químicos sustituyendo éstos por estiércol ovino cada dos años, aportando los nutrientes y sales necesarios al terreno para un crecimiento óptimo de la vid. El suelo es extremadamente pobre, muy seco y de carácter principalmente arcilloso-calcáreo, con algunos puntos arenosos. El paisaje es ondulado, con especies arbóreas (pinos, robles y encinas) y pequeños matorrales (espliego, tomillo y romero entre otros).
Debido a la altitud de la zona (840 metros sobre el nivel del mar), el clima se muestra continental, con crudos inviernos y frecuentes heladas (incluso en el mes de mayo). Aunque el verano es caluroso, las noches son frías, dando lugar a drásticos cambios de temperatura que mejoran altamente la calidad de la uva. Estas condiciones climáticas son idóneas para la elaboración de vinos de larga vida y gran potencia, ya que las uvas de Tinto Fino maduran mediante un proceso muy lento y mantienen un excepcional equilibrio de grado y acidez durante el ciclo. Todo ello hace que con una viticultura tradicional, las producciones por hectárea no excedan en ningún caso los 4.000kg/Ha. Haciendo que la calidad aumente de manera exponencial.
Las Bóvedas
Este es el “porqué” me sorprendieron Bodegas Valduero…Sus Bóvedas. Se comenzaron a construir en el año 2000. Un diseño arquitectónico muy vanguardista: Desmontaron la montaña moviendo la tierra para posteriormente colocar tres galerías abovedadas que luego cubrieron con la tierra anteriormente retirada. Constituyen 4.000m2 dedicados a la elaboración en depósitos de acero inoxidable, a la crianza en barricas y a botellero. Las galerías están hechas de paredes de hormigón de 40 cm de espesor con forma abovedada y bajo 5 metros de tierra para poder mantener la temperatura más adecuada para la crianza del vino (alrededor de los 14º durante todo el año). Esto lo consiguen de manera natural, sin gasto alguno de energía.
La primera galería tiene 120 metros de largo, con depósitos de 10, 20 y 40.000 litros. En total, alrededor de 1.500.000 litros de capacidad. Esto nos permite la elaboración separada de cada viñedo e incluso de las zonas de cada uno de ellos, separando así las distintas calidades desde la viña. Túnel de elaboración y fermentación en depósitos de acero inoxidable.
La segunda galería de 100 metros de largo está dedicada a la crianza del vino en roble. En la actualidad, cuentan, aproximadamente, 4.200 barricas. Yolanda impone una crianza en robles de distintas procedencias, tanto europeos (francés, húngaro…), como americanos. Esta es una característica exclusiva de Valduero y origen de la complejidad de sus vinos. El roble francés es lo habitual, pero la crianza en madera húngara es más excepcional, otro de esos “porqué” me sorprendió. La temperatura en la galería es constante de 13ºC con una humedad relativa del 65%. Túnel de crianza en barrica bajo una montaña artificial para conservar la temperatura y humedad constantes.
En la última galería de 90 metros de largo, los vinos de Bodegas Valduero ganan armonía en la botella. Esto es posible gracias al uso de corcho natural elegido bajo un exigente protocolo de calidad. La estancia de todas nuestras botellas en esta última galería varía desde los 12 meses de un crianza hasta los 48 meses de un gran reserva.
La temperatura en esta galería también es constante de 13ºC con una humedad relativa del 65%. Túnel de crianza en botella bajo una montaña artificial para conservar la temperatura y humedad constantes.
La Cueva
Horadada en la tierra, a más de 20 metros de profundidad en el interior de la montaña, se encuentra una cueva de paredes terrosas con una humedad, temperatura y silencio perfectos para la crianza de vino en barrica.
Todos los Reserva y Grandes Reservas de Bodegas Valduero reposan en la antigua bodega durante el periodo de envejecimiento en roble. Se trata de una casa del siglo XV, localizada en el centro de la villa de Gumiel de Mercado, con una cueva a 40 metros de profundidad y casi 1.000 metros de longitud, dónde se alinean únicamente 1.000 barricas en las mejores condiciones de temperatura (14ºC) y de humedad (75%). En el año 2006 siguieron horadando en la tierra otra cueva de similares características que la anterior con capacidad para 500 barricas. Con la antigua cueva se dieron cuenta de que la crianza bajo tierra hace que el vino tenga un contacto con el aroma al terruño que las paredes rezuman. Las características de humedad son mayores y la crianza es más lenta. En esta cueva está ubicado el exclusivo Club Social “Membresía la Tenada” de Bodegas Valduero. Cueva de paredes arenosas, subterránea a más de 20 metros de profundidad. Hemos disfrutado mucho catando vinos excelentes y como ellos mismo dicen: Los motores de Ferrari rugen de nuevo en Valduero
Ahora seguro que estás pensando en los nombres de los vinos premiados por qué estas deseando Catarlos:
VIADERO
Primer Blanco elaborado en Rivera del Duero
100% Albillo
Aroma frutal con fondo de piña y pomelo
Armoniza muy bien con pescados, verduras a la plancha y ensaladas mediterráneas.
Premios
Wine Spectator 92 points
Top 10 Spanish Wine – Decanter Wine Awards
20th Berlin Wine Trophy
VALDUERO UNA CEPA
100% Tinto Fino
Aromas a frutas rojas maduras, cuero, tostados y vainilla.
Armoniza con carnes rojas, pescados azules, quesos curados y embutidos
Premios
ABC The Oldest Spanish Newspaper 95 points
Wine Enthusiast 92 points
Médaille d´Or 2014 Concours Mundial Bruxelles
VALDUERO RESERVA PREMIUM 6 AÑOS
100% Tinto Fino
Marcados aromas de toffee y madera de cedro
Armoniza con carnes de caza, cordero y quesos curados
Premios
Wine Enthusiast 95 points
Decanter 95 points
Médaille d´Or 2014 Concours Mundial Bruxelles
Second in Blind Testing by Top 3 Michelin Sommeliers
VALDUERO CRIANZA
100% Tinto Fino
Marcados aromas frutales, balsámico con detalles de comino, clavo y nuez moscada
Armoniza con carne de buey, revueltos, embutidos y quesos curados
Premios
Wine Enthusiast 92 points
Decanter 93 points
Guía de Vinos Gourmet Best Spanish Crianza
Médaille d´Or 2018 Concours Mundial Bruxelles
VALDUERO GRAN RESERVA
100% Tinto Fino
Aromas a ahumados, pan de higos, toffee y cuero.
Armoniza con carnes rojas, pescados azules, quesos curados y embutidos
Premios
Parker 95 points
Decanter 95 points
Wine Advocate 95 points
Médaille d´Or 2013 Concours Mundial Bruxelles
VALDUERO RESERVA
100% Tinto Fino
Aromas a café, tabaco y madera.
Armoniza con carnes de caza, el lechazo y los quesos curados
Premios
Decanter 95 points
Wine Advocate 94 points
Médaille d´Or 2013 Concours Mundial Bruxelles
Aunque no aparezca en la foto, fuimos unos privilegiados al poder catar el nuevo Valduero Rosado Reserva que se presentó a los pocos días en la terraza de NH Casa Suecia.
VALDUERO ROSADO RESERVA 2014
Único Rosado Reserva de la Rivera del Duero
50% Tempranillo y 50% Albillo
Recuerda a la fruta roja, madera y vainilla, romero o ahumados
Armoniza muy bien con cualquier comida de principio a fín
Tú también puedes disfrutar de una botella de buen vino entre amigos y familiares por que en bodegas Valduero han creado varios planes de visita para poder vivir la experiencia del mundo del vino en primera persona.
Un guía formado te mostrará las plantaciones que rodean a la bodega, el edificio de embotellado, te adentrarás en una montaña artificial donde se encuentran los túneles subterráneos de elaboración y crianza, caminarás por una red de cuevas excavadas en la montaña a más de 20 metros de profundidad y, por último, disfrutarás de unos de los mejores vinos del mundo en lo alto de la montaña, en nuestra tenada, admirando una panorámica espléndida del valle de la Ribera del Duero.
¿Apetecible, verdad?
Membresía la Tenada – Club de Barricas
Es el primer club social del mundo en torno al vino. Un punto de encuentro con todas las opciones para gente que comparte los mismos gustos e inquietudes. El club ofrece un amplio abanico de posibilidades: Compra de vino, envíos, celebración de efemérides, banquetes, etc. Todo ello en el mejor entorno posible dentro del corazón de la Ribera del Duero.
Fue en Noviembre de 2011 cuando el Club social quedó inaugurado de forma oficial, siendo maestro de ceremonias D. Vicente del Bosque, I Marqués de del Bosque y entrenador de la selección española de Fútbol ganadora de un mundial y dos Euro-copas. Tras él, han pasado a formar parte de nuestro Club diferentes miembros ilustres tales como Mario Vargas Llosa, Plácido Domingo, Nuria Espert o Javier Moro, Vicente del Bosque, Loquillo entre otros. Empresas como Mapfre, Hitachi o Telefónica.
El éxito de la iniciativa pronto nos llevó a su expansión por España y rápidamente ha cruzado nuestras fronteras. Tenemos socios en Bélgica, Reino Unido, Alemania o China.
La exclusividad es la marca de referencia de este club para empresarios y directivos convirtiéndose en una selecta red de miembros donde se crearán importantes sinérgias a la que sólo pueden acceder sus miembros para garantizar la privacidad de sus integrantes.
¿Qué ofrece?
El acceso a la Membresía va ligado a la posesión de 300 botellas del vino que elija, todas ellas identificadas con un distintivo con tu nombre y un número de socio. De esta manera, tendrás un atractivo elemento diferenciador para regalar. Podrás elegir entre los distintos formatos especiales de botellas que podemos ofrecer, como Magnum, doble Magnum o Box. Otra de las ventajas que suponen ser miembro de nuestro Club son los almuerzos típicos castellanos.
Concurso Valduero con las Bellas Artes
En Bodegas Valduero estan comprometidos con el arte, pues consideran que el vino también lo es. Por ello, desde hace ya varios años celebran el certamen ‘Valduero con las Bellas Artes’, en el cual participan alumnos de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.
La iniciativa consiste cada año en un concurso que, además de poner a prueba las cualidades artísticas de los alumnos y de ofrecerles una base diferente para que puedan dar rienda suelta a su imaginación, trata de acercar y vincular a los jóvenes con el mundo del vino y su entorno.
La base en la que han trabajado no ha sido otra que una barrica de vino, que tras haber cumplido su cometido guardando los vinos Valduero durante años pasa ahora a convertirse en un “lienzo en blanco” que los alumnos han reconvertido en diferentes obras de arte.
La premisa del concurso consiste en que los participantes han de utilizar las barricas de vino que les cede Valduero para expresarse de forma artística a través de ellas.
La base en la que han trabajado no ha sido otra que una barrica de vino, que tras haber cumplido su cometido guardando los vinos Valduero durante años pasa ahora a convertirse en un “lienzo en blanco” que los alumnos han reconvertido en diferentes obras de arte.
Las distintas piezas hechas con barricas fueron expuestas durante un tiempo en la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes, para después ser trasladadas hasta Gumiel del Mercado, en Burgos, donde se pueden disfrutar en la actualidad en el Museo de Valduero.
Una buena botella de vino es una historia, a veces una leyenda. Hay botellas de vino que sobreviven a los naufragios y cruzan los siglos, algunas son inmortales y se subastan a precios dignos de un Picasso. El vino es sabor y saber, es algo seductor y exclusivo. También es disfrute y moda. Por eso Ferrari y el vino de Bodegas Valduero es una combinación perfecta.
No creo equivocarme si digo que más de uno, que teniendo un Ferrari, no conoce la fascinante historia de uno de los hombres con el apellido más famoso del mundo. ¡Enzo Anselmo Ferrari! A mí me queda el consuelo de haber tenido un Alfa Romeo…Lo que si puedo afirmar es que un buen vino o un bonito Ferrari son pasiones que controlan nuestras vidas.
FERRARI
El hombre detrás del mito
No se puede discutir que haya otro fabricante que haya creado tanta pasión y emoción por un automóvil como Ferrari. La historia comienza el 18 de febrero de 1898, en Módena, Italia de la mano de Enzo Anselmo Ferrari, quien sin siquiera saberlo sería en unos cuantos años el fundador de una de las marcas más importantes, renombradas y respetadas a nivel mundial de todos los tiempos.
Tal vez, muchas personas no lo sepan, pero en su juventud “Il Commendatore”, como se conocía a Ferrari, deseaba ser cantante de ópera. Por suerte para los fanáticos del automovilismo en todo el mundo, pasó sus años de juventud escuchando una música diferente, la que procedía de los poderosos coches de carreras. Fueron esos años de observar y escuchar las carreras de automóviles los que determinaron su deseo por convertirse en piloto de coches de carreras.
Hijo de Alfredo Ferrari y Adalgisa Bisbini, hermano de Alfredino, se crió en el norte italiano, en el seno de una familia trabajadora y acomodada. Padre y hermano fueron reclutados para intervenir en la Primera Guerra Mundial: murieron en 1916, cuando Enzo tenía apenas 18 años, a causa de epidemia de gripe. Él corrió suerte diversa. Al año siguiente fue desafectado del ejército por una neumonía feroz.
Su madre lo consideraba la oveja negra de la familia Ferrari. Desoyó los consejos de sus padres: no quiso ser ingeniero, estudió mecánica. Su devoción por las carreras de competición la encontró en Bolonia, en el circuito de Vía Emilia, cuando a los diez años su padre Alfredo lo llevó a que conociera el mundo del automovilismo. Con papá Alfredo y hermano Alfredino fallecidos, con mamá Adalgisa en eterno luto, él invirtió la herencia familiar en el campo de la competición, ganándose en Módena su primer apodo: “El Loco“.
Ferrari, el hombre
Un hombre que fue huérfano, enfermo, infiel, viudo, padre de un hijo fallecido, dueño de una fábrica bombardeada, autor de célebres frases, propietario de una vida dantesca. A través de esta serie de sucesos desafortunados, Enzo Ferrari le entregó su apellido a uno de los fabricantes más trascendentales de la automoción.
La prosperidad de su empresa ocultaba la oscuridad de su historia personal. Enzo Ferrari adoraba a las mujeres y reconoció su condición de “mujeriego”: en 1945 nació Piero Ferrari, el resultado de una relación extramatrimonial con su amante Lina Lardi. La tragedia lo invadió en 1956, cuando su hijo Dino, destinado a ser su sucesor, murió a sus 25 años por una distrofia muscular. Las gafas negras fueron, a partir de ese día, una señal de luto inmutable, adherida a lo que le quedaba de vida. Asimiló el deceso de su heredero con mejor suerte que su esposa Laura, quien somatizó la muerte de su hijo con trastornos mentales, lo que derivó en una separación irremediable con Enzo.
Las desgracias se extendieron hasta el año siguiente al fallecimiento de Dino. Un accidente del Marqués Alfonso de Portago a 260 km/h en la Mille Miglia dejó un saldo de once muertos: el piloto y diez espectadores. Angustiado, Enzo se enclaustró en su casa durante siete días. “Cuando los despedía antes de una competición los abrazaba y los besaba como si fuera la última vez. Sabía que marchaban a una carrera, pero nadie me aseguraba que iban a volver“, compartió. Contrataba conductores agresivos, osados, arrojados, dignos para asumir los mismos riesgos que tomaba él cuando era piloto de carreras: se enamoraba de su espíritu competitivo.
El cúmulo de desgracias lo condenó a vivir con un rictus de amargura constante. Se recluyó en una vivienda dentro de la fábrica de Maranello. En 1977 renunció a su cargo de presidente de la compañía por un delicado estado de salud. Al año siguiente murió su mujer. El letargo de su vida se extendió el 14 de agosto de 1988. A pesar de haber convulsionado la industria automotriz, no se identificó como un triunfador. Sobre su conciencia carga el lastre de la muerte de su esposa Laura, la pérdida de su hijo Dino, la destrucción de su primera fábrica y los decesos de sus pilotos preferidos.
Enzo Ferrari fue un hombre con fuego en la sangre. Imprimió esa condición a sus creaciones. El ardor en los motores de Ferrari es indeleble a sus efectos. “Yo no sé cómo es el alma, pero si es que existe, los motores deberían tener una, porque se quejan, se desesperan, se rebelan y se comportan como niños a los que se forma, día a día, educándolos”.
Su hijo Dino nació en 1932, fruto de una relación matrimonial con Laura Dominica. El nacimiento de su primogénito lo inspiró a abandonar las carreras, un oficio de riesgo para aquellos años.
Esta aspiración seguía vigente aún en los peligrosos años de la Primera Guerra Mundial, cuando las hostilidades cesaron, Ferrari dejó el ejército en condiciones delicadas de salud, pero llevaba con él una carta de recomendación para la FIAT escrita por su comandante.
Erróneamente, como el tiempo habría de probarlo, FIAT decidió no contratar al joven Enzo, aunque él se aseguró un puesto como piloto de pruebas en una pequeña compañía que convertía camiones ligeros Lancia. Mientras trabajaba, una reunión producto del azar con Ugo Sivocci, sentó las bases para que este dúo creara la “Construzioni Meccaniche Nazionali” (CMN) para fabricar coches de carreras para la famosa carrera de “Targa-Florio”.
Esta entrada furtiva al mundo de las pistas le dio a Ferrari la oportunidad de obtener un contrato como piloto para Alfa Romeo. Así fue como en 1920 Enzo Ferrari quedaba posicionado como Piloto de carreras para Alfa Romeo, casualmente junto a otras figuras legendarias como Antonio Ascari y Giuseppe Campari, quienes dejaron en evidencia las inferiores habilidades de Ferrari detrás del volante. Este suceso no disminuyó su importancia en el equipo, sino que lo puso en una nueva dirección. Por su habilidad administrativa y su talento para escoger al hombre adecuado para una tarea determinada, pasó a planificar y organizar al equipo, aunque de vez en cuando se ponía al volante.
Crece la leyenda, “Scuderia Ferrari” en las pistas
Ferrari consiguió mucho para Alfa Romeo, pero quizá, debido a que no le gustaba trabajar para otros, en 1929 tomó la crucial decisión de fundar su propio equipo de carreras, “Scuderia Ferrari”. No hay que olvidar que esos eran los años de la Gran Depresión, y fue una decisión arriesgada. Sin embargo, y a pesar de la debilidad de la economía europea, consiguió convencer a los directivos de Alfa Romeo de que ahorraría dinero si le dejaban organizar y correr con los Alfa bajo la bandera de “Scuderia Ferrari”.
Enzo y “Scudería Ferrari” se establecieron en su pueblo natal. Su idea estaba basada en que ricos amateurs condujeran sus propios coches, mientras pagaban por servicios y reparaciones. Este concepto fue desvaneciéndose a medida que progresaban los años 30: Alfa Romeo estaba contenta de proveer las máquinas de vanguardia, pero naturalmente deseaban pilotos con habilidad para pilotar esas máquinas. Fue en este momento en el que apareció el famoso emblema del “Cavallino Rampante”.
El “Cavallino Rampante”
El “Cavallino Rampante” remonta su origen a la familia Baracca de Módena, este caballito era parte de su escudo familiar desde el siglo XVIII. Durante la Primera Guerra Mundial, Francesco Baracca pintó el símbolo en su avión. El as italiano fue derribado y murió durante la batalla, y cuenta la historia que en 1923 cuando Ferrari ganó una carrera, le dieron una pieza del avión de Baracca que mostraba el emblema.
Otra versión cuenta que el hermano de Ferrari era del mismo escuadrón que Baracca, y cuando él también murió en combate, la Condesa de Baracca sugirió que el emblema del corcel fuera utilizado en los automóviles como recordatorio. Cualquiera que sea la historia, lo cierto es que este símbolo se ha hecho famoso en todo el Mundo, aunque muy pocos saben que el símbolo fue modificado. El caballito original tenía la cola caída, y fue reemplazada por una cola erguida para darle más dramatismo y fuerza.
La Segunda Guerra Mundial, un “cese al fuego” en el automovilismo
Aunque las competiciones automovilísticas cesaron mientras duró la guerra, el desarrollo en Módena no se detuvo, la compañía desarrolló una serie de componentes para el aporte italiano en la revuelta mundial, y Enzo se hizo con un buen número de ingenieros altamente cualificados. A pesar de que la fábrica había sido bombardeada un par de veces, las instalaciones de Ferrari estaban perfectamente equipadas para retornar a la producción deportiva una vez terminada la guerra: disponía de una plantilla de 200 personas, su posición financiera era fuerte, y Enzo tenía 20 años de experiencia como piloto, constructor y capo del equipo.
La década de los 40, la verdadera fundación del Imperio Ferrari
En los años que siguieron a la guerra, la gente de todas partes buscaba nuevas formas de entretenimiento, y el automovilismo era un deporte emocionante. Aunque muchos fabricantes se concentraban en producir coches de pasajeros y vehículos comerciales para la producción en masa, Enzo Ferrari, quien estaba en posición de hacerlo, siguió con su firme convicción que el éxito en las pistas aseguraría ventas en los salones. Por lo tanto, 1947 es el año en el que realmente comienza la historia de Ferrari como constructor de coches de carreras y de calle, los mismos coches que harían de él en los años venideros una verdadera leyenda. Es oportuno remarcar que es en este punto cuando los Ferrari se fabrican rojos y llevan el nombre de su constructor por primera vez.
“Ferrari” por nombre
El primer Ferrari en llevar el apellido de Don Enzo fue el 125, un modelo monoplaza de 1947 que se utilizaba tanto para las pistas como para carretera, con un motor V12 de 1496 cm³ que desarrollaba 72 HP. En el salón de Turín de 1948, se dio a conocer el Tipo 166, que es reconocido como el primer Ferrari “de calle”, equipado con un motor V12 derivado del anterior, pero gracias a un aumento en la cilindrada (1901cm³) desarrollaba 125 HP; y fué presentado como coupé con algo de espacio para pasajeros en las plazas traseras.
Los años 50
Hasta 1952 Ferrari producía alrededor de 200 vehículos anuales, y en la próxima década este número crecería por tres razones: el creciente mercado europeo, el nuevo mercado norteamericano y la introducción de la línea 250, creada para ambos mercados.
El mercado americano tenía una gran diferencia con respecto al mercado europeo: este último penalizaba con impuestos a los coches con motores por encima de los 3 litros de cilindrada, por esa razón Ferrari introdujo dos nuevos Gran Turismo en el salón de París de 1953, el 250 Europa de 2963 cm³ y el 375 América de 4522 cm³, el motor Ferrari más grande hasta ese entonces. La línea 250 fue un éxito para la fábrica y confirmó a “Pininfarina” como diseñador. También significó una importante historia en las competiciones, y además fue la plataforma para una de los deportivos más carismáticos y atractivos de todos: el 250 GTO.
El primer Ferrari de motor central
Dados sus años de experiencia en el desarrollo y construcción de automóviles, es sorprendente que Ferrari no crease un coche con motor central hasta finales de los 60. Pero una regla tácita en Ferrari indicaba que las especificaciones mecánicas debían demostrar ser útiles en la pista más allá de cualquier duda posible para ser luego ofrecidas al público. Esa fue la razón de porque Ferrari, teniendo tanta experiencia construyendo coches con motores delanteros y traseros, tardó tanto en construir uno con motor central, quedando así por detrás de sus competidores Maserati y Lamborghini.
Así pues, el primer coche con motor central que produjo Ferrari fue siguiendo una necesidad comercial en vez de una necesidad técnica. Hacía tiempo que Enzo había pensado en un Ferrari más pequeño y económico para rivalizar con los modelos de dos litros de Porsche. Ese “hijo” de Ferrari, realmente llevó el nombre de su hijo Dino, siendo presentado en el Salón de Turín de 1967 el 206 GT.
Un año más tarde comenzó su producción y este fue tal vez uno de los Ferrari más escandalosos, porque muchos argumentaban que un “verdadero” Ferrari no podía tener motor central, y además el emblema del Cavallino Rampante había sido reemplazado por un escudito que simplemente decía “Dino”. Estaba claro que con este modelo se buscaba competir con el Porsche 911. El diseño demostró ser versátil, permitiendo versiones con techo y Spyder (convertible).
Tras muchas vicisitudes en las siguientes décadas, en 1984 el 512 BB estaba un poco desactualizado, entonces llegó el anuncio de Ferrari de producir un diseño que le reemplazaría, y nuevamente fue producido un supercoche que por su diseño, belleza y prestaciones estuvo a la vanguardia de todos: El Testarossa. Tal vez fue el diseño más impactante de la época, una máquina que se impuso masivamente en las mentes de todos los compradores. Si hay un Ferrari reconocible para la gran mayoría del público ése es el Testarossa de 1984, y el ejemplar más universal del modelo no es otro que el empleado en la serie de los ochenta ‘Miami Vice’ protagonizado por Don Johnson.
El fin de los años 80, los 40 años y la muerte de Enzo Ferrari
1987 marcó el 40º aniversario de la creación del primer Ferrari “de calle”, y para celebrarlo la fábrica produjo uno de los coches más impresionantes del mundo entero: El F40, un coche que fue descrito por el mismísimo Enzo como “la suma de todos los esfuerzos de Ferrari a través de los años”. El objetivo fue simple: producir el Ferrari “de calle” más rápido jamás creado y arrebatarle la iniciativa a su competidor de toda la vida, Lamborghini.
Sin duda este es un tributo a la medida de los 40 años de los deportivos Ferrari, y es el último coche que vio Enzo Ferrari antes de su muerte, el 14 de agosto de 1988 a los 90 años. De todas maneras no es un epitafio, mas bien es una celebración de todo en lo que “Il Commendatore” creyó y creó a través de toda su vida.
Pero como todo hombre de leyenda también tiene sus debilidades…
Fiamma Breschi, la dama espía de Ferrari – Gran amor secreto del jefe de la escudería
La historia de Fiamma Breschi (Florencia, 1934) y de la casa Ferrari conforma una leyenda tejida de misterio, pasiones y tragedias en torno a la fórmula 1. Con solo 17 años, Fiamma Breschi, una atractiva florentina que había hecho pinitos en el cine, conoció al piloto Luigi Musso, estrella emergente del automovilismo y símbolo de la Italia que renacía tras la guerra. La atracción entre los dos fue fulminante. El piloto, diez años mayor que ella, casado y con una hija, abandonó a la familia ante el escándalo de un país aún provinciano que no se había repuesto del “adulterio” de Ingrid Bergman y Roberto Rossellini.
Fiamma Breschi entró en el restringido club de las esposas y mujeres de los pilotos de fórmula 1 que viven en primera línea el circo automovilístico. Su clase y estilo destacaban, y los fotógrafos no dejaban escapar las ocasiones de fotografiarla en Montecarlo o Monza junto a Musso como una de las parejas más atractivas del circuito. Musso, que había dado sus primeros pasos con Maserati, ficha por Ferrari; Il Cavaliere ve en él la promesa de una gran figura italiana que llenara el vacío de la muerte de Castellotti. Dentro de Ferrari pronto se tensa la rivalidad entre el piloto romano y los británicos Peter Collins y Mike Hawthorn.
La temporada 1958 presentó a Musso como el único embajador italiano de Ferrari en las competiciones internacionales. A los problemas del piloto con sus compañeros británicos se añadía su adicción al juego, que le hizo contraer grandes deudas y dilapidar su fortuna. El Gran Premio de Francia de Reims, una competición que contaba con el patrocinio de los empresarios del champán y una jugosa recompensa de 10 millones de liras, el premio más cuantioso de la fórmula 1, pudo ser una tabla de salvación para Musso y sus problemas económicos, pero la carrera acabó en tragedia con la muerte del piloto italiano, entre sospechas nunca disipadas sobre una posible maniobra imprudente de su compañero, el inglés Hawthorn. Fiamma Breschi visitó a Musso en el hospital, donde se encontraba en coma, y al volver al hotel le comunicaron la muerte del piloto. Intentó lanzarse desde la ventana de su habitación, lo que evitaron sus acompañantes, Beba, la mujer de Fangio, y Lulu Trintignant, esposa del piloto Maurice Trintignant.
Un ‘annus horribilis’
Décadas después Fiamma Breschi revivirá aquellos momentos en sus memorias, Il mio Ferrari (Musio, 1998), su particular ajuste de cuentas con los dos compañeros de escudería británicos de su esposo. Cerrando el círculo de la tragedia, aquel mismo 1958 Collins y Hawthorn fallecieron en sendos accidentes automovilísticos. En un intento de conjurar el annus horribilis de su escudería, Enzo Ferrari ordenó destruir todos los monoplazas supervivientes de aquel año infernal. Para Fiamma Breschi se cerraba una herida.
Meses después de la tragedia Fiamma Breschi recibió una carta de Enzo Ferrari en la que le ofrecía su amistad y la invitaba a Maranello, corazón de la marca automovilística. Una intensa comunicación epistolar y telefónica sella una relación cada vez más estrecha entre ambos. Il Commendatore la convirtió en una especie de asesora de imagen que aportaba a la marca la visión femenina de un mundo profundamente masculino. El propio Ferrari, “un hombre con aspecto de campesino”, como lo describe Fiamma en sus memorias, transforma su estilo, cambiando sus rigurosas corbatas en blanco y negro por coloridas piezas de Gucci que Fiammale trae desde Florencia. La nueva asesora estilista de la escudería también realizaba misiones de “espionaje” para Il Cavaliere, pasando informes de lo que se cocía en la retaguardia de los circuitos.
La sombra de una relación secreta entre los dos no dejará de proyectarse hasta la muerte de Enzo Ferrari en 1988; un vínculo que Fiamma siempre negó, describiendo su relación con él como un amor platónico. Meses antes de morir, Ferrari le pide que se case con él, pero en la vida de “la dama de la Ferrari” solo hay espacio para un único y gran amor: Luigi Musso. El hombre que había conocido cuando era una adolescente y que siguió presente cada día en su vida y sus recuerdos. Fiamma Breschi fallecía a los 81 años el 20 de noviembre de 2015.
Acercándose a 1990, Ferrari sorprende una vez más
A pesar del fallecimiento de Enzo, la marca debía mirar hacia delante. Ahora bajo la capa de FIAT, la fábrica debía enfrentarse al futuro que le deparaban las regulaciones ambientales, los caminos congestionados y un clima económico con muchos altibajos que parecían señalar la extinción de los super coches. De todas maneras, no fue el caso. Mientras la gente de Lamborghini continuaba produciendo nuevos modelos, llegaban al mercado más competidores como Bugatti y Honda. Ese fue el momento en que más que nunca Ferrari debía buscar bien dentro de sí misma y desarrollar nuevos coches. La primera movida fue reemplazar el anticuado 328 por el 348 Tb, un modelo que se veía como un Testarossa pequeño, pero era igual de rápido. Tenía un motor V8 de 3.4 litros que desarrollaba 300HP, y además este modelo tenía todo el carisma que se espera de un Ferrari. Fue tal el éxito que las listas de espera llegaban a los 5 años para una entrega.
Para Ferrari, los últimos años del siglo 20 han sido muy diferentes a aquellos en los que comenzó Enzo. Los factores medioambientales y económicos han afectado seriamente la producción de los automóviles a través del mundo. ¿Qué oportunidad tiene entonces un fabricante de sueños? No obstante parece ser que siempre habrá lugar para un coche con el “Cavallino Rampante” en el capó. Un Ferrari es pasión, y mientras la emoción siga controlando nuestras vidas, siempre habrá lugar para estas obras maestras italianas.
Para los muy aficionados a los coches y para que no se queden con las ganas de vivir un día la experiencia Ferrari en el parque temático Ferrari Land, en PortAventura en la provincia de Tarragona, pueden cumplir un sueño. Es el segundo parque temático de la automovilística después del creado en Abu Dhabi. Entre muchas de las atracciones se encuentran los edificios icónicos de Maranello, ciudad sede de Ferrari.
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BIBLIOGRAFÍA.- de fuentes electrónicas
Bodegas Valduero
La historia de Ferrari, según el lente de su fundador
Los “primeros” de Ferrari: ¿Cuáles han sido los Ferrari pioneros dentro de la propia marca?
La verdadera historia del Ferrari Testarossa blanco de Miami Vice