Esta ruta nos lleva a la Hoya de Guadix en Granada, un espectacular paisaje árido de arcillas extensamente erosionado por el viento y el agua, las “tierras baldías”. En estas paredes arcillosas se hicieron ya hace siglos las primeras casas-cuevas. Por su temperatura constante ideal como vivienda, pero también para criar vinos de alta calidad o una tahona para preparar su propio pan. En este entorno os invitamos a degustar los productos estrellas de la zona; el trigo, la uva y la aceituna.
Con las manos en la masa disfrutamos de este actividad de un producto básico de nuestra dieta mediterránea. Mientras se eleva la masa vemos el museo dedicado a las cuevas. Una vez moldeado el pan se lleva al horno de leña.
Seguimos nuestra ruta hacia la bodega cueva que está situado en los estribos de Sierra Nevada y por su ubicación utiliza las cuevas para la crianza de sus caldos.
Veremos el proceso de la elaboración del vino y vamos a degustarlos, un aperitivo excelente que culmina con un almuerzo en la Bodega. Acompañamos la comida con nuestro pan recién horneado, aceite de oliva producida por propia de la bodega y regado de sus vinos.
Al atardecer cuando el sol alarga sus sombras nos adentramos en el barrio troglodita de Guadix. Allí podremos pasear entre sus peculiares casas para terminar en un mirador oteando los cerros coronados de chimeneas, la ciudad de Guadix y al fondo el paisaje de los “badlands”. La despedida perfecta para volver a Granada.
Con las manos en la masa disfrutamos de este actividad de un producto básico de nuestra dieta mediterránea. Mientras se eleva la masa vemos el museo dedicado a las cuevas. Una vez moldeado el pan se lleva al horno de leña.
Seguimos nuestra ruta hacia la bodega cueva que está situado en los estribos de Sierra Nevada y por su ubicación utiliza las cuevas para la crianza de sus caldos.
Veremos el proceso de la elaboración del vino y vamos a degustarlos, un aperitivo excelente que culmina con un almuerzo en la Bodega. Acompañamos la comida con nuestro pan recién horneado, aceite de oliva producida por propia de la bodega y regado de sus vinos.
Al atardecer cuando el sol alarga sus sombras nos adentramos en el barrio troglodita de Guadix. Allí podremos pasear entre sus peculiares casas para terminar en un mirador oteando los cerros coronados de chimeneas, la ciudad de Guadix y al fondo el paisaje de los “badlands”. La despedida perfecta para volver a Granada.
Nota
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